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Cartagena está en el litoral central de Chile. El viaje de madrugada hasta la playa grande, que comparte con San Sebastián y Costa Azul, era en un microbus desbordado de recorrido urbano. Por la carretera angosta de los 80, tomaba casi cuatro horas desde la capital. Las familias de vecinos organizados juntaban recursos, hijos y parientes con sus bultos, para tomar vacaciones de un día.
La Granja es una de las comunas del sur de la capital. Durante la noche, esquivando en las sombras el Estado de Sitio, familias de vecinos organizados se toman terrenos en agosto de 1983. Marcan, con sus cuerpos y sus escasas pertenencias, los espacios donde sueñan rehacer sus vidas.
En el desembarco popular sobre el paisaje, la escasez de recursos incide en la estética común del nuevo territorio. Los actores de estos dos reportajes también somos los mismos, a veces apenas se distingue si barro o arena, si terremoto o gestión inmobiliaria.
Lo que para unos es alteración del Orden Público, para otros es cambiar el orden de sus privaciones. Por mucho que se esmere el relato fotográfico, las razones y su historia siempre quedan fuera de cuadro.